Ya se sabe, el limón es el rey de la cocina, protagonista de un montón de recetas dulces y saladas. Si con su zumo podemos preparar una deliciosa crema pastelera, con su cáscara podemos aportar a los primeros platos o al pescado un toque de personalidad extra, como tanto les gustar repetir a los cocineros de muchos programas de cocina.

Pero tanto si hablamos de cocina como si no, el limón siempre está ahí. Está cuando nos duele el estómago y le pedimos a la abuela una «poción mágica» que nos ayude, cuando buscamos un ambientador para el coche o durante la más tradicional de las bodas cuando, entre un plato y otro, en la mesa aparece el famosísimo sorbete.

Será por eso por lo que cada vez que hablamos de limones nos vienen a la mente tantos recuerdos, como aquel tramo de carretera por el Mediterráneo que recorrimos durante las vacaciones bordeando terrazas de limoneros o, más sencillamente, ¡aquel día en el supermercado en el que vimos por primera vez Nicky Limón en los estantes!

Podemos decirlo sin miedo: el limón está más presente en nuestros días que un/a novio/a distraído/a (al menos él…).

Y, aun así, hay cosas del limón que (quizás) aún no conocemos. Aquí es donde entra en juego nuestra familia Nicky Limón: estos son algunos consejos útiles para utilizar de una manera alternativa la fruta amarilla más amada del mundo.  

Limón para limpiar la casa: ¿quién lo habría dicho?

El limón es famoso por ser una panacea en lo que se refiere al cuidado del cuerpo, pero muchos no saben que en la cocina también puede ser «don útil» y un aliado perfecto para tus tareas cotidianas. De hecho, gracias a sus propriedades desengrasantes, la placa y el horno brillarán como nunca. Basta con mezclar agua, zumo de limón y bicarbonato, aplicar la mezcla con un paño sobre la superficie a limpiar y aclarar un poco después con agua tibia.

Sin salir de la cocina, el limón también es perfecto para limpiar el frigorífico. Además de ser capaz de eliminar los malos olores, tiene otro «superpoder»: elimina las manchas. Pasa por las paredes un paño empapado con agua caliente y zumo de limón para conseguir una blancura de la que ya ni te acordabas… ¡voilà!

Si cambiamos de habitación y pasamos al dormitorio o el baño, el limón es ideal para quien no quiera usar productos químicos para limpiar cristales o espejos. Mezclando medio litro de agua con el zumo filtrado de dos limones, conseguirás un «detergente ecológico» que aplicar sobre las superficies con un pulverizador.  

Desinfecta e higieniza: ¡ahí está el limón para limpiar el baño!

Limpiar el baño es un asunto delicado, ya que es esa parte de la casa que hay de desinfectar lo mejor posible. Para el inodoro, basta con aplicar zumo de limón (quizás incluso añadiendo sal) sobre toda la superficie y luego frotar con la parte interior de la fruta. 

Gracias al limón, también los grifos y la mampara de ducha recuperarán su brillo: si se hace de la forma adecuada, el zumo de limón eliminará incluso las manchas de cal más difíciles. Por último, ¿tienes ropa blanca que, en realidad, no es blanca? Añade limón al detergente y al suavizante vertidos en el tambor, ¡el resultado está garantizado!

¿Te han parecido útiles nuestros consejos? Experimenta en casa los múltiples beneficios del limón, ¡sus posibilidades de uso son más numerosas de lo que te imaginas!